Un recorrido por Portugal

Damos comienzo a nuestro viaje con Oporto, ciudad que podemos considerar la segunda más importante de Portugal y en la que los paseos por la ribera del Duero y la gastronomía harán que te enamores completamente de ella.

Un imprescindible es la Catedral de la Sé, la más grande e importante de Oporto y cuyo estilo es una mezcla entre románico y gótico. Además, en su interior alberga la Capilla de San Juan Evangelista y un precioso claustro que hará que no te arrepientas de entrar.

Los edificios de Oporto son muy llamativos y el Palacio de la Bolsa es uno de los que más destacan, aunque no solo por su fachada, también por habitaciones que esconde en su interior como la Sala Dorada, que está recubierta en su totalidad por pan de oro.

Para disfrutar de las vistas desde un punto más alto recomendamos la Torre de los Clérigos, que únicamente cuesta 5€ y cuenta con 200 escalones que sin duda tienen su recompensa al final.

Como ya hemos comentado, el Duero es uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad y aunque tienes la opción de dar un relajante paseo por su ribera, también puedes optar por subirte a un crucero y navegarlo para así obtener una vista diferente de Oporto. Si además quieres hacer de esta una experiencia inolvidable también puedes comprar un tour nocturno con cena y espectáculo en el barco.

Sabemos que hay muchos lugares que visitar y quizá tus pies puedan sufrir las consecuencias, pero para ello también tenemos una solución: el tranvía 22, que hace un recorrido panorámico que comienza en la Iglesia del Carmo y llega hasta la Plaza de la Batalla. Esta es una opción ideal también si el tiempo no es el más adecuado para visitar la ciudad.

Aveiro es un destino entrañable gracias a sus canales, barcas para navegar y casas muy coloridas. De hecho, puedes alquilar los barcos moliceiros, que son embarcaciones similares a las góndolas venecianas.

Desde Aveiro nos desplazamos hasta Costa Nova, un lugar muy de moda ya que es uno de los destinos más “instagrameables”, principalmente por sus casas de colores. Pasear por esta ciudad es como hacerlo por un decorado y, además, cuenta con una playa y faro muy bonitos.

A continuación, llegamos a Coímbra, una parada obligatoria, ya que es una de las ciudades más bonitas de Portugal y que por ser ciudad universitaria ofrece un buen ambiente a todas horas. Cuenta con lugares de interés turístico como la Catedral Vieja o Sé Velha, la única iglesia que sobrevivió a la reconquista. Esta data de mitad del siglo XII y es uno de los monumentos románicos más bonitos del país.

Su Jardín Botánico también se posiciona en el listado de lugares imprescindibles. Fue fundado en 1773 por el Marqués de Pombal y en él se encuentran una gran variedad de especies de plantas.

En esta ciudad se encuentra uno de los edificios más importantes y de mayor antigüedad, el Monasterio de Santa Cruz, fundado en 1131 por la Orden de Canónigos regulares de San Agustín y en el que se encuentran enterrados Don Alfonso Henriques y Don Sancho I, primeros reyes de Portugal.

Si lo que vas buscando es un ambiente surfero, los siguientes destinos no te defraudarán, ya que tanto Nazaré como Peniche son famosos por este deporte y por sus grandes olas. Aunque esto no es lo único que ofrecen, ya que ambos poseen faros que te permitirán disfrutar de un bonito atardecer con unas vistas muy especiales y en concreto, Peniche os sorprenderá con sus impresionantes acantilados.

Nos desplazamos así a Sintra, que posee uno de los lugares más visitados de todo Portugal, el Palacio de la Pena. Una construcción muy bien conservada y que en su interior alberga las habitaciones de los antiguos Reyes de Portugal, los imponentes comedores y las enormes cocinas donde se cocinaban los exuberantes banquetes reales, entre muchas otras estancias. Debido a que es un lugar muy concurrido, te recomendamos que acudas a verlo pronto para evitar marabuntas de gente que no te permitan disfrutar de este palacio en todo su esplendor.

En esta misma ciudad es muy recomendable visitar la Quinta da Regaleira, una gran finca repleta de callejuelas, fuentes, pasadizos y un majestuoso palacio. Además, si hay algo que la hace más especial aún son las leyendas que giran entorno a la misma, como las de rituales masónicos. Os animamos a que lo visitéis y descubráis todos los misterios que este lugar esconde.

Ya hemos comentado la gran cantidad de lugares que ofrece Portugal para disfrutar de una bonita puesta de sol, pero la Boca del Infierno en Cascais consigue que cada atardecer sea distinto y especial. Se trata de un acantilado en el que las olas se adentran formando una especie de “puerta” permitiendo ver la puesta de sol sobre el mar. Os aseguramos que todo aquel que disfrute de esta experiencia la guardará como uno de sus recuerdos más preciados.

Finalmente llegamos a Lisboa, la capital. Una ciudad que recubre sus paredes de azulejos preciosos y que tiene mucha vida, algo que transmite a todos aquellos que la visitan.

La primera recomendación es el elevador de Bica, que está situado en el barrio Alto y ofrece viajes por menos de 4€ cada 15 minutos en un recorrido de 200 metros a lo largo de tabernas, balcones llenos de flores… una experiencia que te permite conectar de una manera muy cercana con la capital.

Uno de sus lugares más famosos es la Torre de Belem, una fortaleza ubicada en el barrio de Belem y que es considerada Patrimonio de la Humanidad de Lisboa. Esta construcción es especial por su arquitectura, ya que sus balcones y cúpulas tienen influencia árabe gracias a que el arquitecto que la diseñó vivió durante bastante tiempo en Marruecos, trasladando después la influencia árabe a sus construcciones.

El Convento do Carmo en pleno barrio de Chiado también merece una visita. Este famoso lugar se vio muy afectado por el terremoto que casi destruyó Lisboa en 1755 y aunque tras el temblor los monjes que lo habitaban comenzaron a reconstruirlo, la obra se vio paralizada por la expulsión de los anteriores, dejando a medias este proyecto, que así se mantiene a día de hoy.

Sabemos que, aunque tengas ganas de visitar Lisboa, también te apetece descubrir su gastronomía, por eso, también os queremos recomendar la calle Rua Augusta, posiblemente la más famosa de Lisboa por el gran ambiente de restaurantes y cafeterías donde podéis disfrutar de una buena comida. Además, en esta misma calle se erige el Arco da Augusta, una entrada colosal a la plaza del Comercio.

Si lo que queréis es simplemente disfrutar de un café con unas vistas maravillosas, el Bar Terraza de Santa Lucía es lo que andáis buscando. Un establecimiento que consta de un balcón de buganvillas y hojas de parra que conforman un lugar idílico para relajarse con unas vistas espectaculares.

Aparte de todos los que os hemos nombrado, Lisboa tiene muchos lugares que visitar, pero para finalizar, también te recomendamos ir al Monasterio de los Jerónimos, al Castillo de San Jorge, a la Catedral de la Sé o al Panteón Nacional, ya que son lugares que guardan la historia de la capital y de los cuales se puede aprender mucho visitando.

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